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martes, 5 de febrero de 2013

Bautizu de animales

Esto ya era va munchu tiempu, llegó a la iglesia de Nueva un paisano col so perru a jablar col cura:

-Buenos días padre, verá, venía a jablar con usté, quería comentá-y que quiero bautizar al perru.

-¿Cómo?

-Si, si, eso, que quiero bautizar al perru porque resulta que en mio casa somos todos muy de l'iglesia y el can é unu más de la familia y ... nada, eso, que quiero que reciba las aguas baustimales.

-Pero hijo... entiende que eso no puede ser, los animales se bendicen el día de San Antón, pero bautizarlos.... no, rotundamente no.

-Pues mi da usté un gran disgustu, además yo pensaba de da-y un millón de pesetas por el favor....

-Bueno... pues.... la verdad que tienes razón hijo, todos somos criaturas e hijos de Dios... te voy a bautizar al perro, pero ahora mismo ¿eh? y sin que se entere nadie.

Y poniose el cura d'aquella mismu y bautizó al can.

Al pocu tiempu pasó per Nueva un Ovispo y asomose a l'iglesia a ver como estaba y a rezar un pocu.

Na más entrar quedó impresionáu, el retablu estaba recién restauráu, había un piano nuevu....

-Buenos días padre, estoy impresionado... tiene usted la iglesia preciosa.

-Verá Señor Ovispo, tengo que confesarle que todo es gracias a que un parroquiano vino a bautizar a su perro.

-¡¡¡Está usted loco, eso no se puede hacer!!! Va contra todos los mandamientos de nuestro señor, los animales se bendicen el día de San Antón, pero no pueden recibir nada más ¿No sería usted capaz de bautizarlo?

-Pues si Señor, lo bauticé, y su dueño me dio por el favor un millón de pesetas.

-¿Un millón de pesetas? Ejem, ejem... ¿Y no le dijo nada de hacer la primera comunión?

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