Hay un pijo ena ciudá
que mi llama pueblerina,
diz que non sé jablar
más que de la mio tierrina.
¿Y qué ti tengo que envidiar..
los ruidos de los coches,
el andar tul día al trote
y ni pa comer poder parar?
Piensas que sabes munchu
y no lo quiero creer,
si te pongo frente a una vaca,
no la sabes ni mecer!
Presumes de tener estudiu,
de trabajar con computadoras,
¿Crees que aquí no avanzamos?
¡Si ya tenemos mecedoras!
Me despierto de mañana,
salto de la cama,
¿Y sabes qué veo
si me asomo a la ventana?
Pues veo un verde monte,
aire frescu que resbala,
y si miro al horizonte
puedo ver hasta la playa.
Si subo pa más arriba
y deslizo la mirada,
diviso Ardisana, Rales
y pal otru lau hasta Posada.
¿Mi puedes dicir acasu,
que ves tú jiyu del alma
en esas mañanas grises
cuando saltas de la cama?
Verás el cielu negru
y no porque va llover,
por el jumu de las fabricas
que ni el sol vos deja ver.
Ir corriendo pa fichar,
mirando el reló tul día,
a veces ti va hasta mal
de non comer a mediu día.
Papeles y más papeles,
el jefe está insoportable,
cualquier día te despide
dijiendo que no eres rentable.
Quieres guardar la línia
con yogures naturales,
pero aquí estamos más sanos
comiendo quesu cabrales.
Presumes de comer bien,
¡Home calla la boca!
si pa ajorrar compas
filetes de vaca tocha.
Yo si que como bien,
güevos del gallineru
y jebras de aquel cochu
que matamos en Eneru.
Pa comer pan con tomate
viajas a Barcelona,
eso é que nunca provesti
una güena borona.
Nunca provesti el pantruque,
tampocu el pitu caleya,
¡Tovía piensas que la leche
sale de una botella!
Quéxaste del to trabayu
porque estás tul día sentau,
a ti poníate yo…
¡A esparder cuchu en un prau!
Dúrmeste munchos díes,
se ti averia el despertador,
aquí tenemos el de repuestu,
canta el pollu en corredor.
Salo a la puerta casa
y de tou puedo jallar:
cebollas, pimientos, ajos
y mazanas pa mayar.
To los años vienes
de vacaciones aquí
¿A que no nos ves a nos
dir a veraniar ahí?
Aunque dineru no tenemos,
nada t’invidiamos,
vistimos con trapos vieyos
con pocu nos conformamos.
Y ti lo güelvo a repitir,
nada ti puedo envidiar,
que el paisaje miu y tuyu…
¡no se pueden comparar!
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